Cuesta bastante que un árbitro chileno sea considerado para dirigir en un Mundial de fútbol. Sin ir más lejos, Carlos Chandía que es uno de los “hombres de negro” más respetados en el medio nacional, se quedó con las ganas de pitar en Alemania 2006 y se tuvo que conformar con ser cuarto árbitro.

Es por eso que la lesión que sufrió Pablo Pozo, ayer en un entrenamiento cuando un compañero le cayó encima, provocándole un esguince grado uno, el cual no le permitirá dirigir el partido del domingo entre Eslovenia y Argelia.

Sin embargo, la lesión debería mejorar en tres o cuatro días, por lo que Pozo no se perderá el mundial y sólo será reemplazado por ese encuentro.

En su reemplazo estarán, el guatelmateco Carlos Batres quien será el árbitro central, asistido por el costarricense Leonel Leal y el hondureño Carlos Pastrana.