Apoderados se resisten a matricular a sus hijos en Colegios “estigmatizados” de Antofagasta

La semana pasada comenzaron oficialmente las clases en los distintos establecimientos educacionales municipalizados de Antofagasta. Fueron cientos alumnos los que luego de unas merecidas vacaciones  volvieron a las aulas para enfrentar un 2011 lleno de desafíos.

Sin embargo, no todo es color de rosa, las matriculas en los colegios municipalizados  “de buen nivel”, se acabaron y ahora son decenas de padres que buscan desesperadamente un cupo para sus hijos, pero la respuesta es clara: Sólo quedan cupos en colegios que históricamente han sido mal evaluados y que cargan con un estigma social importante.

La señora Ivonne espera en la fila. Tiene la esperanza de conseguir una matrícula para su hijo que este año ingresa por segunda vez a primero medio y no porque haya repetido el curso, sino  porque siente que la preparación recibida en el liceo donde estuvo anteriormente no fue suficiente y prefiere perder una año y comenzar de cero en un colegio donde ella considera que su hijo recibirá una buena formación.Quiere un cupo en el B-13, sin embargo, ya no quedan. Asegura que no está haciendo el trámite a última hora, ya que desde diciembre comenzó a hacer las gestiones de matrícula, pero con nulos resultados.

En la fila, donde desde temprano esperan varios apoderados, también está la señora Ana María. Acaba de ser atendida y la única posibilidad que tiene su hija, que salió de la escuela D-65, con un promedio sobre 5,5 y con un informe de conducta y personalidad intachable, es matricularse en el liceo A-22. Eso le atemoriza, dice que ha escuchado malos comentarios de ese liceo y que allí  la calidad de la educación  no es muy buena, pero no tiene otra opción, esto a pesar de que asegura que desde diciembre comenzó los trámites de matrículas, señalando que ha sido testigo de cómo en algunos colegios si han matriculado a alumnos con bajos promedio, asegurando que “el pituto”, anda a la orden del día.

Y así, son más historias como estas que ponen nuevamente en el debate la calidad de la educación municipal en nuestra ciudad, que para nadie es un misterio que tiene muchas falencias que hay que mejorar.

Sin embargo, queda reflejado que el sistema municipal segrega y estigmatiza a los alumnos, y la pregunta es ¿acaso los alumnos con un promedio regular no tienen los mismos derechos e igualdad de posibilidades que los alumnos que tienen promedios sobre seis?

¿Es posible que en la educación pública - porque ya damos por asumido que la privada si lo hace -   se discrimine y no se nivel hacia arriba?

¿Hasta cuándo existirán los establecimientos de  primera, segunda y hasta tercera categoría?

Tema viejo, cuyas reales soluciones quedan en anuncios y promesas que finalmente poco se materializan.